W gris

Otra vez estoy dejandome llevar por esa correntada de emociones que me apresuran.

Las historias continuan y sin embargo me apresuro a ellas como si mañana fuera el Armagedon.

No es un inicio para atarme con un còrdel los sentimientos, pero tampoco es momento para afrontar esa realidad que me sacude cada vez que se da una oportunidad.

No es momento, y sin embargo esas cosas afloran, de un modo u otro.

Me quedaria pensando que depara esa correntada, pero trato de evadir dolores en el pecho con sustancias que imitan sueños en esta realidad sobre calles que se repiten. Dolores en el pecho que no duelen, que no lastiman; pero que llenan de incertidumbre y no dejan de asomar sus experimentadas narices al compàs de este ritmo de un entresemana a las seis de la tarde.

Me cura tanto con ese frìo que a veces parece perderse entre sus propias palabras y me siento tan bien de convidar esas prohibiciones que por rato intento ser un poco màs suelto.

No es que me quiera librar, ni mucho menos dejarte escapar; pero ese vaso con agua no va a vaciarse al menos que haya una respuesta que aniquile expectativas.

Deberìa ser temeroso esta vez. Ya sabemos que jugar con fuego no es bueno.

De todos modos, me sometì sìn pensarlo. Ahora resta seguir, de nuevo, esa ruta conocida pero no.